Jaén, por el clima

14 dic 2019 / 11:22 H.
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Se ha celebrado en Madrid, del 2 al 13 de diciembre, la 25 Cumbre sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, bajo la Presidencia de Chile, que por motivos de seguridad no ha podido organizarla en Santiago. La villa madrileña se ha convertido en la capital del planeta tierra donde sus líderes se reúnen para cumplir con los compromisos. El cambio climático está sucediendo más rápido de lo previsto y amenaza el futuro de todo aquello que amamos. El acuerdo tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2°C y hacer más esfuerzos para que no supere 1,5°C respecto a las temperaturas preindustriales. De seguir a este ritmo la temperatura subirá más de tres grados para finales de siglo, algo que no nos podemos permitir por las graves consecuencias para el planeta y las personas. Los estudios científicos identifican como la principal razón del calentamiento global las emisiones de CO2 a la atmósfera. En la cumbre se analizan dos compromisos, el del Protocolo de Kioto de 1997 y el del Acuerdo de París de 2015. El de Kioto pretende reducir la emisión de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global. España se comprometió a limitar el aumento de las emisiones un 15% para 2020, pero es el país de la UE que menos posibilidades tiene de cumplir lo pactado, pues a fecha de hoy el incremento es ya de un 25%.

El acuerdo de París se firmó en 2015 tras 21 cumbres y fue ratificado por casi 200 países. Pretende, al igual que el firmado en Japón, reducir las emisiones de gases a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas afectados por el calentamiento global. De la cumbre parisina se gestó la Agenda 2030 consistente en una lista de objetivos para conseguir un desarrollo sostenible. Se le conocen como los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS). Estos 17 objetivos van a marcar las líneas estratégicas de las organizaciones en el futuro, tanto privadas como públicas. De hecho, los gobiernos han implementado una batería de impuestos denominados medioambientales que castigan la emisión de gases y por otro lado permitirán financiar la sustitución de motores combustión. Para las empresas, igualmente se implementará en sus decisiones. Tanto es así que el Consejo General de Economistas ha publicado una guía para que las pymes puedan incorporar estos objetivos de desarrollo sostenible llegando a convertirse en una oportunidad de negocio.

En Jaén encontramos una interesante oportunidad para las explotaciones olivareras que podrán recibir un canon en la medida en que contribuyan a fijar CO2. Esto obligará a adaptar el cultivo para asegurar que se fija más CO2 del que se emite. A esta medida se le une la reciente aprobación de la Indicación Geográfica Protegida “Aceites de Jaén”. Una extraordinaria noticia que generará un punto de inflexión en la comercialización de nuestro producto estrella. Un aceite con cualidades especiales y que el consumidor puede valorar y buscar en el lineal gracias a un distintivo o sello específico. Por fin la variedad picual a demanda del consumidor más exigente, lo que encarecerá una variedad hasta ahora subestimada como conservante de otros aceites más suaves y perecederos. En Jaén cuidamos el medio ambiente lo mismo que este nos ha protegido durante siglos, porque sabemos que no se puede contar dinero aguantando la respiración.

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