Jaén, levántate y anda II

25 mar 2019 / 16:34 H.

Hace unos meses os hacía llegar mi alegato a través de este espacio, durante meses he seguido observando que Jaén, nuestro Jaén, continúa siendo la llama incandescente de una vela que se agota irremediablemente. Jaén se muere. Primero fue el emblemático “El Bodegón” el que cerraba sus puertas, corría un 2014 de mucho ruido y pocas nueces que se llevaba por delante también la tienda de ultramarinos “El Pósito”, abierta desde 1920. Y se me hiela la sangre cuando leo recientemente en titulares que este 2019 echará la persiana “Cubero” que es símbolo de identidad de nuestra ciudad. Y observo la estampa a medio camino entre el pavor y la rabia de ver cómo nuestra ciudad no deja de ser una “moneda que de mano en mano va y nadie se la queda”. No sé qué es o será necesario para que de una vez por todas los ciudadanos jaeneros despertemos del letargo y seamos capaces de ver más allá del color y las creencias, y nos atrevamos a romper costumbres, a confiar en las nuevas voces que tratan de levantarse vestidas de esperanza y amaneceres naranjas para nuestro desvalido Jaén. Supongo que será la confianza y la costumbre de ver cómo nos apalean siempre los mismos y la desconfianza a lo distinto que, aunque pueda ser, nos cuesta creer.