Hijos de airbnb

Miércoles por la noche. 5 de la madrugada. Sus hijos se han ido a su graduación de segundo de Bachillerato y ustedes no saben dónde están. Aunque no los veo muy preocupados por la ausencia, dejen que les resuelva el misterio: están en el ático de mi bloque. Todos. Han alquilado el piso de la vecina X, que es esa que debe años de comunidad y se declara insolvente y a la que los vecinos denunciaron antes de que yo llegara. La misma que puso un airbnb y que saca 100 pavos por noche. Seguro que han oído hablar de ella, se le conocen hazañas a lo largo y ancho de esta ciudad ajena nuestra. El caso, que no se preocupen: son las 5:32 de la mañana y están liándola parda en la terraza, gritando y con la música a todo trapo. Y que conste que la primera vez sonreí y me acordé de cuando me gradué y dije “Venga, son jóvenes y solo están pasando un buen rato, que el ocio nocturno está como está y hay que buscarse las habichuelas”. Pero verán, es que empieza a fastidiarme. Porque la situación se repite de miércoles a domingo desde entonces y ustedes han tenido muchos hijos y se me empiezan a amontonar. En fin, veámoslo, por el lado bueno: lo importante es que su hija, su hijo y otros veinte hijos de airbnb más están en el ático de mi bloque, sanos y salvos.