Héroes que no son invisibles para mí

13 jun 2018 / 08:11 H.

Hola, soy el papá del niño con el corte en el cuello. El lunes, fue dado de alta y ya está en casa recuperándose. Quería compartir unas líneas para mencionar a las personas que participaron en la asistencia de mi hijo y que tuvieron un papel trascendente para evitar que muera. Aquí va: A poco de empezar el Mundial de fútbol, hay una imagen, una sucesión de secuencias que no deja de dar vueltas por mi cabeza. Es de varias personas, un equipo, y una mujer. Son héroes, son ángeles. Van sin un orden en particular, al azar. Van y vienen. Corren, gritan y luchan. En este equipo no van vestidos de celeste y blanco, como la selección de mi país. O van de celeste, o van de blanco. Algunos van de verde también. Esta imagen viene a cuento en un mundo que ha perdido la brújula hace rato, y esto es una clara muestra de ello. Porque los héroes de los que yo hablo, no salen en la portada de los diarios, no firman autógrafos, no ganan millones. Caminan entre la gente desapercibidos, silenciosos. Se mezclan entre nosotros, las personas “comunes”. Estos héroes te cuidan sin que lo sepas, sin pedir nada a cambio, y te generan deudas que nunca vas a poder pagar. En días donde la fe es cuestión de geografía, de razones sin razones, de debates, y hasta de guerras, estos héroes te devuelven la fe. Le quitan las fronteras y el nombre. Transforman el amor en energía y la energía en amor. Se disfrazan de personas como nosotros y hacen milagros. La mujer en esta secuencia es mi esposa, la madre de mis dos hijos, pero ella no es “común”. Eso se los aseguro. Los héroes en esta imagen, esos que van, vienen, gritan y corren, no saben que lo son. Caminan entre nosotros persiguiendo alguna tarea que parece sencilla. Pero están ahí, esperando su oportunidad de hacerse presentes. Te reinstalan la fe. En Dios, en la humanidad y en la vida. No les pidan una foto, ellos no van a entender por qué. No les pidan autógrafos, no se creen tan importantes. No les hables de dinero. Eso no les importa. En esta imagen, mis hijos corren y ríen, corren y ríen. Atrás, casi transparentes... están los héroes que no son invisibles para mí, ya que me acaban de revelar su identidad. Conózcanlos: Susana González Oya es mi esposa. Carlos Martínez Comet, Paco Romero (ambulancia), Manu Montoro (enfermero ambulancia), Alberto García (coordinador de Emergencias), Antonio Jesús Castro (farmacéutico); Jesús De la Cruz Moreno (pediatra); María Ángeles Merino Álvarez (psicóloga); Carmen Martínez (pediatra); Carmen Santiago (pediatra); Francisco “Mané” Gutiérrez (conductor ambulancia); Nicolás Maldonado (cirujano); Isidro Martínez (cirujano); Jesús Rodríguez (cirujano); Manuel Molina (cirujano). Y todo el cuerpo de enfermería de la UCI del Hospital Materno Infantil. Papás, tranquilos, los niños de Jaén están en buenas manos.