Hablando de bulos

Hablemos de bulos. ¿El coronavirus ha sido un castigo divino o llegó orquestado por las grandes élites económicas y de poder universal? Los humanos cada vez somos menos libres. La idílica relación entre el hombre y la naturaleza, que soñaba Rousseau, es pura utopía. ¡Somos ya los esclavos de nuestro “progreso”! Ni siquiera a quienes deciden huir del mundanal ruido se les deja hoy en paz. Las maquinarias políticas de los países están por la anulación del individuo y de la familia. Quieren teorías y consignas que les permitan financiar sus proyectos de dominio social. ¿Para qué surgió el Foro de Sao Paulo? ¿O el Club Bilderberg? ¿O la Agenda 2030, que sirve de referencia a todos los discursos políticos, emanados del actual Gobierno de España? Las democracias y las libertades están en cuestión. Son utilizados los pobres y las desgracias para hacer política. Se persigue al disidente o al que critica las medidas gubernamentales, acusándolo de “difundir bulos”. ¿Hay mayor bulo que falsearlo todo y manipularlo a beneficio propio? ¿No viven muchos políticos actuales de la ocultación y del engaño, de la falta de transparencia, de la propaganda? Les interesa dividirnos y enfrentarnos para alimentar sus discursos... ¡Sus bulos