Galería de curiosidades

05 jun 2018 / 08:41 H.

U na galería de curiosidades la componen cosas cultas refinadas. Galería o cocina donde se gesta el poder que amenaza la ignorancia. Aplico el sentido ético del conocimiento... Si supiéramos todo lo que hay que saber, no se necesitaría tanto tiempo para responder a las preguntas que se ignoran... Ay, si pudiera dejar aparte el desconocimiento y describir todo aquello que me come la moral. Desearía hablar de lo tangible que deja huella, de lo leído que instruye, de los malos presagios que desaparecen cuando escribo. Me sirvo de la curiosidad para que nunca me venza la hipertrofia del yo, o lo que es lo mismo, ojalá que un estado depresivo jamás impida que sea yo mismo. Vivo para extraer una pepita de oro de un montón de escoria. Nadie debe continuar al abrigo de una ignorancia que corroe la consciencia y machaca el pensamiento que va ligado a una correcta adaptación social. Mil veces muere el individuo que la padece. Dedicando el tiempo al aprendizaje, he podido afrontar con eficacia la vacuidad de una vida corriente. Esta galería no va a abrir el debate de nada que no sea verdadero, no están los tiempos para perderse en manipulaciones informativas que difunden miedo e inquietud por no saber qué noticia es verdadera y cuál falsa. Es prioridad de esta galería instalarse en espacios de transparencia alejada de los focos de desestabilización que le restan sentido a lo que se hace y lo que es peor, a aquello que se sueña. Obligado a elegir, me quedo con los límpidos paisajes que fomenta la imaginación y con la creciente erudición que proporciona la sólida base de la reflexión. Reiría por no llorar si no pudiera hacer otra cosa que juzgar a la gente por su aspecto, me encanta la progresión del relato y estar tan loco como el más loco de los locos que razonan el efecto y la causa de un fenómeno cualquiera. Qué hacer con la gente que se anula ella sola; qué de los tejemanejes empleados por la gente que desea anular su mala reputación; fuera tanta obviedad fútil y tanta bufonada y a los pensamientos negros como la pez. Dejen paso a las palabras oxítonas que acentúan la última sílaba y refuerzan la idea de que el conocimiento está en nosotros. La realidad, huérfana de auténticas propuestas culturales, no inhabilita esta comezón que me consume. Estoy hecho para prestar atención a todo lo que suene al lujo de conocer. Nadie quiere entender que “Now is the time” para visionar las cartas que están bocabajo y convertirlas en hiperactividad que ahorme la voluntad de disfrutar del conocimiento que mata otras formas de vivir la vida que está en un continuo ahorro de energía, pues lo acostumbrado le ganó el terreno a la curiosidad de saber qué es un traveling que puede hacerte ver lo que no existe. Se opone poca resistencia a los mensajes que proceden de soportes ideológicos manipulados y se asumen contradicciones vergonzosas que figuran en clave de argumentario político. Una buena educación desecha los miedos que de otra forma nos crearíamos, el miedo se fortalece en plena confusión. Falta perspectiva y movimiento de ida y vuelta que genere un criterio objetivo que facilite la información que precisamos. Vivimos una realidad que no es apta para personas con vértigo, tendamos puentes con un sistema de vibración amortiguada, y conseguiremos el normal funcionamiento de las cosas.