Fuente de vida

03 dic 2017 / 11:33 H.

Da la impresión de que la Naturaleza nos está cobrando un alto impuesto a causa de la devastación del planeta. La calidad de las aguas se deteriora debido a las altas poluciones y vertidos industriales. Ello unido a que somos un país eminentemente seco nos lleva a las desoladoras imágenes en presas y pantanos. La gestión del agua se ha convertido en moneda de cambio político entre comunidades. El agua como fuente de vida debería ser tan importante como la propia Constitución y consiguientemente tratada como bien común por encina de otros intereses. Mi lado más liberal me obliga hoy a reconocer que aquel señor gordo y bajito que firmaba sentencias de muerte vengadoras amparado en el brazo incorrupto de Santa Teresa tuvo otra diversión menos cruel. España pasó bajo su mandato de 60 a casi 900 presas y pantanos. Sin duda la mejor y más eficaz política hidráulica llevada a cabo en España. Bien es cierto que su primer brazo ejecutor, el ministro Fernández de la Mora tuvo como referencia el magnífico estudio que durante la República hizo el ingeniero Lorenzo Pardo. Aznar, Zapatero y Rajoy intentaron seguir el rumbo en busca de un Plan Hidrológico Nacional. Pero vino la política sucia a enturbiar unas aguas que tampoco eran demasiado limpias. En el futuro nuestro precioso litoral será una inmensa hilera de plantas desaladoras. O eso o sed.