Fondo y forma

Creo que la naturaleza del hombre está unida a su necesidad de obtener respuestas y poder descansar gracias a ello. La religión puede ser una fortaleza y el hombre una prisión, dependiendo de nuestra educación y de la libertad con la que decidimos. Sin embargo, tal y como escribió el autor Robert Heinlein, también creo en que la libertad de religión puede expresarse mejor como la libertad de permanecer callado, ya que la piedad expresada a bombo y platillo puede convertirse en un orgullo inaguantable. La religión ha tenido una función uniformadora y ha permitido ejercer el control gracias a la legitimidad que el gobernante ha ostentado ante el pueblo, pero para mí el problema no reside en un sentimiento espiritual y en los textos sagrados que, después de todo, persiguen la premisa de tratar al otro como a uno mismo; sino en su instrumentalización, tal y como se ha hecho con el poder militar o la economía para imponer un sistema que, ante todo, prevalezca. Entiendo la religión como una comunicación sincera que une a las personas para vivir en paz, como un mensaje en cuya forma no deberíamos perdernos sin entender antes su fondo.