Feria arriba o feria abajo

Por qué elegir cuando se pueden tener dos cosas buenas a la vez? Me cuentan algunos de mis buenos amigos taberneros, restauradores o generadores de placeres sensitivos, que les han puesto algunas pegas, tales como no cortar el centro (y eso que la pretensión es hacerlo semi-peatonal, otro día les hablo del significado de la señal zona 30 que tenemos en muchas calles, les adelanto que concede prioridad al peatón...) o no darles más mesas, con la excusa que se quejan mis otros amigos feriantes, de que no hacen la caja necesaria para cubrir los altos costes de abrir allí... Pues eso, se puede cohabitar sin tener que aplastar a nadie, pero creo que hacerlo con aquellos que diaria, mensual, anualmente sufragan con sus impuestos la inversión pública es un deber más que una opción. Que sí, que los caseteros pagan, y bien, de una tacada, por instalarse allí, pero...bendita libertad, benditas opciones, dame arriba con espacios y mirando por nuestra gente cotidiana, y abre allí abajo cuidando a los eventuales, que también necesitamos. Y que el pueblo, sabio en su quehacer, elija. Libertad, libertad, y a nuestra genta cuidar...y ¡qué viva San Lucas!