Feliz Navidad

    21 dic 2022 / 16:10 H.
    Ver comentarios

    Mañana, la musiquilla del sorteo nos introducirá de lleno en días que debían ser santos, la conmemoración de un hito histórico preciso, con data del emperador Augusto y que —pese a quien pese— es esencial en el devenir de la humanidad: en Belén, en un establo nace de María, virgen, un Niño que es encarnación de Dios mismo —la segunda persona de la Trinidad—, que de este modo se compromete con los hombres —el Verbo se hizo carne— para redimirlos. Junto al hecho constatable, para los creyentes preparados en el Adviento cada año el misterio se actualiza, llenando sus vidas de plenitud contagiosa y por ello debemos felicitarnos y saltar de gozo. Así de sencillo —o de complicado— es lo que festejamos; para entenderlo bien hay que mirarlo con ojos de niño, dice Benedicto XVI, que tiempo habrá de ponerse serio y mirar de adulto. Por fortuna, merece la pena ese consenso universal de crédulos e incrédulos en la celebración del evento que alcanza a todo el mundo, con luminarias, música, encuentros y alegría desbordante, a pesar de los problemas. Para los cristianos la felicidad verdadera no debe estar en los regalos ni comidas familiares y de amigos, sino en ese Niño Dios que nos va a nacer.

    Articulistas