Extraño regalo de Reyes

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Solo he hecho una sencilla petición a los Magos de Oriente: cordura y cuidar al planeta Tierra que ocupamos. Aunque cada vez estamos más concienciados en reciclar y desterrar al dichoso plástico, como si fuese el enemigo público número uno, aunque sabemos que hay más, muchos más a los que no le prestamos atención. Quizás por lejanía no valoramos los desafueros que los incendios en 2019 han padecido Brasil y Australia. Esta es una cuestión que atañe a todos y podemos decir sin temor a equivocarnos que ha sido un desastre ambiental de primera magnitud. Solamente en Australia doce millones de hectáreas han sido devoradas por las llamas y convertidas en cenizas. Un millón trescientas mil casas arrasadas por las mismas causas. Las gentes huyeron a las playas para evitar las llamas. Infinidad de koalas, canguros y cocodrilos autóctonos desaparecidos. Se ha perdido fauna y flora ignorando su recuperación. Brasil es otro tanto. Desde enero hasta agosto del pasado año ladrones de tierras quemaban la selva por sus cuatro costados. Una devastación en masas con tala de árboles centenarios. Intereses por la madera creaban una angustiosa supervivencia para las pacíficas tribus que ocupan unas tierras indiscutiblemente suyas. ¡Un horror! Por lo tanto, pido sensatez.

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