Estrella centenaria
Poco a poco nos vamos acercando a la Navidad y notamos que la ilusión que esta fiesta emana nos va calando en el ánimo. Ahora, en estos tiempos, las cajas de los belenes se abren antes, las iluminaciones de la ciudad madrugan más y el ambiente comienza a calentarse tempraneramente. Antes, el preludio navideño, los primeros síntomas de que la Nochebuena se acercaba era ver pasar las manadas de pavos que caminaban por nuestras calles, incluso las más céntricas, conducidos por el hombre de la vara. Un desfile que tenía su irremediable final en las cocinas de los más favorecidos. También era frecuente cruzarse con las mujeres que llevaban en su brazo una cesta camino del horno para hacer sus galletas. Hoy los pavos ya no pueden circular por las calles; bueno, ni los pavos ni casi las personas, ni ninguna ama de casa se toma molestia de ir al horno para hacer sus propias galletas. Cambiaron algunas cosas, pero la estrella de Belén sigue conservando su encanto, su magia.
También existen estrellas humanas en el mundo. Tienen menos antigüedad, duran menos tiempo, no tienen tanto brillo, pero sí lo suficiente como para marcar hitos y diferencias. Personas que destacan sobre el resto por su sabiduría, su arte, su capacidad de competición e incluso, nadie lo dude, hay estrellas de bondad, generosas y solidarias aunque a éstas se les echen menos cuentas. Hoy me ha venido al recuerdo el nombre de un actor que forma parte de ese ramillete de mis preferidos. Un actor, Kirk Douglas, que ayer, día 9, cumplió 103 años, siendo el más longevo de cuantas estrellas del cine viven, con la excepción de la magistral actriz Olivia de Havilland, seis meses mayor que él, a la que descubrí siendo un niño en “Robín de los Bosques” y ya siempre admiré, especialmente tras su interpretación en “Lo que el viento se llevó”.
No recuerdo bien, pero tal vez la primera película que vi de Kirk Douglas fue “El ídolo de barro”, donde me ganó el carácter arrollador que imprimía a su interpretación. Luego fueron docenas de películas las que gocé y que siempre recordaré filmes como “Ulises”, “Espartaco” y “El loco del pelo rojo”. Kirk Douglas es una de las pocas estrellas centenarias que aún viven para seguir manteniendo su brillo, bien ganado por su trayectoria brillante como actor. Una carrera que fue premiada con un Oscar honorífico en 1996.