Esto es un ERE

    22 nov 2019 / 10:26 H.
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    Más de veintiún años y medio, laborables y festivos, día y noche sin descanso, se tarda en contar 679 millones, euro a euro, uno por segundo. Ese dinero bien gestionado da para generar empleo, mal gestionado se dilapida en burdeles, prebendas y cocaína; pero hasta sin gestionarlo permitiría repartir 800€a cada parado. La justicia llega al cortijo con tres vendas en las manos: la primera, la lentitud, lo que ya es de por sí una injusticia, y muy cruel para los parados de larga duración; la segunda es la condescendencia que transmiten sus castigos, nada se devuelve, no se resarce a los perjudicados; la tercera, las condenas no disuaden, lo que provoca una corrupción endémica, una mentalidad de que el dinero público no es de nadie, y si tarde (siempre tarde) o temprano me pillan, ¡que me quiten lo “bailao”!, o en estos casos lo “defraudao” (que tampoco me lo quitan). El poder corrompe, más corrompe el miedo a perderlo, pero lo que más corrompe es la sensación de impunidad. Los ERE son una parte de una gran causa, entre tantas otras a lo largo de España. Todos tenemos que tener claro, en la medida de nuestras posibilidades, que el que no lucha para acabar con la corrupción es ya parte de ella.

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