Este no es el debate

Qué difícil es sacar conclusiones hoy en día. Hablo de la pasada huelga de la educación convocada por la Plataforma Andaluza por la Escuela Pública por el decreto de escolarización. Los datos partidariamente interesados y opuestos que se ofrecen desde distintos sectores sobre su seguimiento no favorecen la aclaración. Quedémonos en menos del 15% del profesorado que ofrece la Junta, que se supone que se habrán recabado centro a centro y ahí no hay estimaciones matemáticas más o menos sesgadas sino simples sumas. Pero déjate el seguimiento y coge los motivos, ahí sí que te pierdes. Porque son tantos los intereses e implicaciones de todo tipo, que hacen imposible que los motivos puedan ser unánimes; más bien serían contradictorios dependiendo de la localidad, incluso de la zona, desde la que se esgriman. Pongo por ejemplo unos padres, porque para mí los hijos son de los padres, de una zona desfavorecida de esas en las que no se ubicaría nunca un centro privado, ¿por qué no pueden tener la oportunidad de mandar a sus hijos a uno concertado? Se les podrían dar cien razones, cercanía, economía, ratio..., para elegir el centro público más cercano, pero si aun así lo desean, ¿por qué no? Tal vez de esa manera se evitarían los guetos. O eso o eliminemos la educación concertada; claro que aumentaría entonces la brecha social, porque a ver cómo llevaría esa familia a su hija al centro privado. Imposible. ¿Eliminamos entonces también la privada? Se llama libertad. Y soy de los que piensan que está sobrevalorada, pero no se puede usar partidistamente cuando conviene. Por eso estoy con esa mayoría del profesorado que no ha visto razón para una huelga que se puede considerar política o futurista. Pues uno de los argumentos de los convocantes es que serán los centros públicos los que sufrirán los recortes derivados del descenso demográfico en favor de la concertada. Cosa que actualmente no parece el caso porque, a pesar de esa merma, la escuela pública ha aumentado su profesorado y su presupuesto. El debate no debe ser pública o concertada, sino hacer las dos mejores y aprovechar la caída demográfica en favor de la calidad de la enseñanza.