Escarabajo picudo

Qué simpático es el escarabajo pelotero que, por cierto, todavía no ha sido fichado por el azulgrana culé y el madridista merengue, que últimamente es un dulce más bien amargo si tenemos en cuenta sus paupérrimos resultados. El escarabajo picudo es un fitófago que se está fagocitando todas las palmeras de Jaén, una ciudad que a través de los siglos ha estado rodeado de palmeras, como aquellas otras de la Senda de los Huertos, tan bellamente poetizada por el autor del Himno de Jaén Federico Mendizábal, del que guardo debidamente dedicados varias de sus poéticas obras. Este escarabajo, que además de picudo tiene mala leche por un tubo, se está comiendo con paciencia jobiana estas palmeras llamadas Phoenix Canariensis, es decir, palmeras como los plátanos de Canarias. El Ayuntamiento está haciendo lo que puede contra este bichito terrorífico volador sin metamorfosis para ser ponedoras de huevos. Hoy se aplana una palmera, mañana otra, y otra al día siguiente, hasta que Jaén se quede sin esta belleza. No me agradaría asistir a un réquiem con el gorigor incluido de la palmera de Jaén.