Érase un país...

    03 feb 2022 / 18:53 H.
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    En donde los diputados, senadores y demás mandatarios se pusieron el sueldo mínimo mensual, estipulado para el resto de ciudadanos, con el fin de dar ejemplo de decencia y bien hacer. Allí, la gente creía a pies juntillas todo cuando estos servidores de la nación decían o hacían, pues habían sido elegidos de entre los más sabios y ejemplares de aquel añorado lugar. Cualquier problema que se presentase lo resolvían mediante fluido y abierto diálogo; y sin estar aferrados al sillón ni a ninguna ideología tóxica. No tenían que retorcer argumentos ni inventar falsas noticias para que el pueblo llano los creyese. ¡Tenían una respetabilidad impresionante! No necesitaban fundar ministerios de la verdad, puesto que la mentira estaba erradicada de aquel territorio, ya que la pura y llana verdad circulaba libremente por todos los medios de comunicación públicos o privados. En fin, era un país de fábula en el que todo el orbe terráqueo aspiraba vivir, siendo un ejemplo a imitar por todo aquel territorio que verdaderamente buscase la felicidad y el bienestar de su pueblo, lejos de dictaduras de una y otra laya. Supongo que ya habrán adivinado que no hablo de España, sino de una nación utópica que no distópica como la que padecemos.

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