En llegando septiembre

    04 feb 2021 / 12:49 H.
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    Tengo la suerte de disfrutarte, Saúl, todas las mañanas por esta bella Sevilla, mientras vas caminando o en tu cochecito, palpando el ambiente con tu sonrisa y candor especiales. Tu presencia me es imprescindible pues, cuando algunos días lluviosos hemos tenido que permanecer encerrados, tu ansia de calle se ha notado palpablemente. Son tantos los momentos sublimes que vivo contigo: la visita en busca del pan cotidiano (que tan claramente sabes pedir) al mercado; esa marcha a la plaza de las Mercedarias para recibir tu sustento materno cotidiano y el intercambio de admiraciones con el alumnado del centro que allí hace su recreo diario; las compras a nuestras tiendas de barrio en las que te conocen por tu nombre y simpatía inigualable, etcétera. Todo ello lo perderé cuando llegue septiembre, ya que entonces empezarás tu guardería, a punto de cumplir tus dos añitos; y aunque tenga ya más tiempo libre para otros menesteres, siempre te echaré de menos y estos tiempos tan especiales, aunque cansados, pues no volveré a repetir esas experiencias tan entrañables, aunque siempre las guardaré en mi memoria sabiendo que tengo la suerte de ser un abuelo privilegiado.

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