Elecciones catalanas

    12 feb 2021 / 11:13 H.
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    De quién gobierne en España y en Cataluña dependerá en gran medida nuestro futuro, estas elecciones afectarán al país entero. Solo hay que detenerse a observar la triste realidad que nos rodea para ver que a la gran mayoría de los catalanes como a la gran mayoría de los españoles nos preocupan las mismas cosas. Esa mayoría de población está siendo perjudicada por el protagonismo que han tenido y tienen los radicales extremistas que defienden el nacionalismo español y su visión uninacional y la de los independentistas gobernantes en Cataluña. Ambos han utilizado las banderas para desviar la atención del daño que han causado sus políticas públicas neoliberales. En esas políticas y en su aplicación sí han ido de la mano ambos bandos y han sido idénticas y pactadas por unos y otros en las Cortes españolas.

    A la enorme crisis social y económica que sufríamos se le ha añadido la tremenda crisis sanitaria producida por la pandemia que en Cataluña ha tenido aún peores consecuencias. La pandemia ha mostrado allí, más que en el resto del país, las enormes carencias de los servicios públicos que son el elemento clave para resolver las crisis sociales. Solo hay que echar un vistazo a los indicadores sociales como la pobreza infantil o juvenil o el bajo gasto público en sanidad, educación, servicios de dependencia... que ya era antes de la crisis anterior más bajo que en el resto de nuestro país. Cataluña se ha convertido en uno de los lugares de España y de Europa con mayores desigualdades sociales. La causa de todo esto está muy clara, hablamos de una comunidad autónoma que ha estado gobernada por una coalición de partidos de derechas dirigida por un partido de sensibilidad liberal. Excepto durante el periodo del tripartito, ha estado gobernada por CDC y sus herederos, un partido fundado por Jordi Pujol de orientación liberal, con una ideología de un nacionalismo extremo, ultraconservador, clasista y excluyente, con claros tintes supremacistas y racistas. Solo hay que recordar cómo atribuía el señor Pujol a los catalanes procedentes del sur de España una menor capacidad intelectual y como se los bautizó despectivamente como charnegos. Esa era la actitud hacia este amplio sector de la sociedad catalana que contribuyó a levantar ese país. El pujolismo como sus herederos, JxCat, PDeCat y PNC, de ideología neoliberal, han impuesto sus políticas de austeridad con sus enormes recortes del gasto público. Por cierto, absteniéndose o dando su apoyo a las reformas laborales del PP y del PSOE o a las reformas fiscales más regresivas aprobadas por las derechas en las Cortes españolas. Este pujolismo y sus herederos son los que promocionan y difunden en los medios públicos a economistas ultraliberales que aconsejan, por poner un ejemplo, privatizar las pensiones como hizo Pinochet en Chile, economistas similares a los del partido político extremista Vox. En cuanto al resto de las derechas en Cataluña, como el PP y Cs, se han encontrado como en el resto de España con este partido, Vox, que quiere capitalizar el enfado y hartazgo de amplios sectores de la clase trabajadora con su estilo Trump, con su discurso antiinmigración, con su radical hostilidad hacia cualquier fuerza progresista, con su autoritarismo y su desprecio a la democracia y que tiene todas las posibilidades de ocupar un amplio espacio del resto de las derechas.

    Estas elecciones tienen la enorme importancia de conseguir que el bloque independentista pierda la mayoría, que acaben con la enorme división creada por el proceso independentista liderado por un gobierno dominado por las derechas. El único espacio con credibilidad en beneficio de la mayoría de la población y de las clases populares dentro de las izquierdas es En Comú Podem, esa coalición de dos espacios políticos nacidos del 15-M, Unidas Podemos y En Comú Podem, que no está atenazado por equipos económicos que frenen los cambios, ese movimiento político y social que actúa como motor social de España revirtiendo las políticas neoliberales y que ha mostrado en el ayuntamiento de Barcelona como en otros tantos su solvencia.

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