El resentido

Este personaje tiene una fijación mental portentosa pues, en cuanto sale a relucir determinado tema, es incapaz de decir algo nuevo al respecto, repitiendo ad infinitum lo de siempre, hasta el hartazgo. Por eso, necesitaría urgentemente recibir ayuda para que le enseñen a tener piedad de sí mismo (y de los demás, por supuesto); y que no debe castigarse ni dejarse arrastrar por ese sentimiento de maltrato (supuesto o real) que le ha dado la vida; y para que —a su vez— aprenda a pasar de ese continuo pesar o enojo infundado. ¿Te suena ese personaje? ¿Es posible que tengas que soportarlo —a menudo— en el trabajo o grupo de conocidos-amigos? ¿Está en nuestra política cotidiana, hasta que —incluso— se encuentra bien ubicado y considerado allí? Lo mejor es no hacerle caso y marcar la distancia social suficiente para que no te contamine, como ahora nos piden hacer los expertos con la COVID-19, aunque sea una postura no demasiado cristiana. ¡Todo sea por nuestra propia supervivencia!