El interior del paraíso

    04 abr 2023 / 09:29 H.
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    Estando como estamos en tiempo de Pasión, es más lógico que obvio que tengamos casi pleno en las plazas hoteleras. Con una crisis más obvia que evidente, con unos marcadores que de forma más evidente que realista denotan que si malo es viene peor, hay unas cifras más realistas que populares que dicen que Jaén está presente y se siente. Se siente con un equipo de fútbol sala que se come España y gusta de Copas. Con un estadio que tras mil lágrimas y sollozos se viste de mona, y un equipo que a base de réditos y promesas crece sin parar. Con una gastronomía encabezadas por las cercanía y humildad de los Juan y Pedrito, recogiendo experiencias de los Rosinis, chatos del Gorrión, bocatas de la Manchega, calamares del Loco, o patatas de la Talega, hacen de Jaén una estrella en el mapa. Y se siente más que se nota. El jaenero siente Jaén más de lo que cree. Más de lo que piensa. Y, si no, niégame que cuando entras por Despeñaperros, no sientes sino piensas, que estás en Santa Tierra. Obvio más que lógico, por carretera, ya que, ¡oh sorpresa!, su Sanchidad y cía han votado en contra de la propuesta del PP de traer el AVE a Jaén. Ninguneados una y otra vez cómo púgil en la lona gritando “Adrian, Adrian...”(Rocky dixit).

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