El color y el calor de la vida

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Si nos preguntan: “¿De qué color es el calor de la vida?”. Seguramente nos quedaríamos confusos y un tanto extrañados. ¡Vaya pregunta absurda! Este pensamiento, a más de uno le haría dudar. ¿La vida? ¿Su color? Pues sí. A mí me hizo cavilar. El viejo sabio del acuerdo, me sonrió tras sus gruesas gafas y diminutos ojillos cansados parecía divertido. Pensé: ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Y me quedé aún más confundida. Este magnífico poema trabalenguas de Calderón de La Barca es lo primero que se me vino a “las mientes” y al final lo recité. Pero el sabio añoso no quedó muy conforme. Todos los allí presentes buscaron y rebuscaron creativas genialidades, que resultaron patochadas, para reírnos un rato. Ahora, en la quietud de mi hogar, pienso que la vida es más. Es mucho más ¿Pero qué es? Cómo atinar a entenderla con la palabra justa. Imposible. Harían falta millones de pensamientos, poemas, salmos y todas las Sagradas Escrituras para acertar contarla. Definir la vida con sus colores. Sus viejos saberes caprichosos inenarrables. ¡Todos prodigiosos! Donde se prueba la fuerza y sapiencia humana.

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