El clima cambia

    24 abr 2020 / 16:23 H.
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    Superamos los 40, ni de fiebre ni de calor, de días confinados. Y ha nacido mi bebé, vida entre tanta muerte, y he comprobado que somos capaces de utilizar las urgencias infantiles y del materno solo para casos graves; que neonatos, recién paridas y sanitarios están mejor sin guirigay en planta; que la cola de defunciones del registro civil es mucho más larga que la sombra del ciprés de los datos, y allí me cuentan una realidad distinta a la de los empalagosos medios, de sonrisas y pianos en los balcones. Medios que muestran en imágenes que el Parlamento funciona igual o mejor con 3 de cada 4 asientos vacíos, o sea, nos (des)gobiernan igual estando 1 de cada 4. Y manejan sus datos para viralizar bulos o callar al que discrepa en lugar de para pronosticar lo que realmente genera el clima contrario al gobierno: los ingresados, los fallecidos, oficiales o no, los nuevos parados, los bandos guerracivilistas, lo expertos en contagios contagiados, la desunión, la incertidumbre, el miedo. Cuando esto acabe debemos replantearnos dar a incompetentes de curriculum amañado tanta competencia sobre nuestras vidas. Y otra
    se ha apagado mientras he escrito esto, por culpa del virus y de los ineptos.

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