El Camino de Santiago

Qué tiene este camino que es capaz de movilizar cada año a varios centenares de miles de peregrinos de todas las partes del mundo? Aunque he leído mucho sobre el tema, siempre he tenido curiosidad por realizarlo y experimentarlo por mí mismo. Hace unas semanas, con un grupo de amigos de Jaén, Mérida y Méjico, hemos realizado varias etapas del camino portugués, concretamente de A Guarda a Santiago de Compostela, en una experiencia que nunca olvidaremos. La verdad es que al finalizar el camino, lo primero que se echa en falta es el saludo habitual entre los peregrinos, ese “buen camino” con el que se pretende dar ánimo al peregrino para que pueda cumplir con el propósito de llegar felizmente a Santiago de Compostela. También se echan de menos las “flechas amarillas”, esos indicadores que en cada etapa te van guiando. El camino no es solo un viaje físico que se realiza con esfuerzo, es algo más, y aunque cada persona lo vive de forma distinta, es un viaje espiritual y lleno de aprendizajes. El camino también puede servir para desconectar del uso abusivo del móvil y las redes sociales; te enseña a seguir tu propio ritmo y a disfrutar del aquí y el ahora; pone a prueba tus límites, te invita a disfrutar de la naturaleza, a no sentirte extraño (te cruzarás con personas de distintas edades y nacionalidades...), y por supuesto también te invita a disfrutar de la rica gastronomía gallega y de sus excelentes vinos. Pero, sobre todo, lo hagas por motivos religiosos o no, el camino es propicio para reencontrarte contigo mismo, para reflexionar sobre hacia dónde y con quién quieres caminar. Quizá este sea uno de los motivos que explique que muchas personas realicen el camino una y otra vez. Viajar a pie es la forma más emocionante e interesante de interactuar con un territorio y su paisaje. Peregrinar es como la vida, es difícil, extenuante y surgen situaciones que te pueden sorprender y te ponen a prueba. En el camino siempre encontrarás a alguien que en algún momento difícil manifieste su empatía y solidaridad y disfrutarás de muchos momentos para compartir recuerdos y vivencias.