El caloret del Congreso

Que nadie se escandalice si les cuento que el otro día y pese al frío de estas fechas, tuvieron que refrigerar a tope el salón de sesiones del Congreso, porque sus señorías superaron con creces el récord de acaloramiento de esta legislatura. Los de la bancada derechista pasándose una vez más por la entrepierna cualquier atisbo de decencia y compostura, aderezaban con estrafalarios insultos y amenazas delirantes cada una de sus intervenciones. Abucheos, gritos, burlas y pataletas dignas de parvularios subieron la temperatura a tal extremo que solo les faltó liarse a garrotazo limpio contra los diputados que en coalición representan al equipo de Gobierno. Desde los medios de comunicación serviles a ese rastrero afán camorrista y antidemocrático que se niega a reconocer la legitimidad del gobierno de Sánchez, se ronronea que toda esa hostilidad y acritud es consecuencia del fallecimiento del bipartidismo. Añoran las décadas felices donde el PP y el PSOE se alternaban el poder gobernando con políticas económicas y leyes tan parecidas que era imposible cualquier desavenencia entre ellos. Pero que alimentaba así el descontento social y las desigualdades.