Despeñaperros. Día 2

    08 mar 2021 / 12:12 H.
    Ver comentarios

    Jaén dijo basta, lo dijo una vez más, pero en esta ocasión gritó alto, tan alto, que fue imposible callarla. Intentaron, bajo un yugo invisible pero identificado, taparle la boca. Desviarla. Negarle el derecho de gritar en silencio. Y lo hizo ahí, en ese paso que tantas veces han y hemos cruzado. Pese a las connotaciones, separemos el significado directo de Despeñaperros con la caravana que denuncia nuestro hastío político y el ninguneo a una de las provincias más ricas y pobres de España. Despeñaperros, que proviene del nombre Bezpaña Perros, significaba “el último confín de España”, el límite de la Meseta. Y, si no fuera porque desfilan por la provincia los proyectos, las adjudicaciones, el capital que se van luego al oeste, más al sur, o a cualquier otra parte que no sea nuestro Jaén, pensaríamos que en Santa Elena se despeñan los dineros, las inversiones, las esperanzas de toda una provincia. Parecen irse donde las papeleras de reciclaje; pero no, van detrás de un dedo tieso que le muestra el vergonzante camino. En Jaén no despeñamos perros ni políticos, en Jaén cortamos carreteras y no cabezas, quemamos nuestra sangre pero no contendedores. Premiad de una vez las protestas elegantes, las reivindicaciones legítimas pero pacíficas. Que a todos nos gustan las pelis con final feliz...

    Articulistas