Deportes de género

    26 ago 2022 / 16:00 H.
    Ver comentarios

    Me canso, me agoto, pero no desisto ni me rindo. Estoy cansadica de tener que explicar como mujer como me siento de desplazada en una sociedad heteropatriarcal que nos etiqueta de una u otra forma según convenga. ·Estoy harta de permanecer en un segundo plano a pesar de llevar la carga de tener que rendir como madre, como docente, como persona... Porque eso es una realidad palpable, a pesar de que cierto sector de la sociedad se empeñe en decir que no o en señalarnos como el mal de todas las maldades del universo a las que defendemos nuestra posición en el mundo, a las que queremos una igualdad real, a las que gritamos que queremos ser nuestras dueñas de nuestros caminos, de nuestras decisiones, de nuestros cuerpos, a las que nos señalan por gritar basta ya de asesinatos machistas, a quienes criamos a nuestros hijos fuera del heteropatriarcado, a quienes educamos a nuestras hijas con el feminismo por bandera.

    Sí, aun luchamos por ocupar puestos con peso por eso de que criar descendencia, por muchos permisos de maternidades o paternidades, porque lo más normal es que el peso de los cuidados recaiga sobre nosotras, porque para eso somos seres que parimos y “la naturaleza”... Yo de verdad que me quiero bajar del mundo. Hace unos días tuve una conversación que acabó en discusión con una persona conocida porque me decía que por el hecho de que le dieran el pasado año el balón de oro a una mujer tenemos que entender que no es lo mismo el “fútbol” que el “fútbol femenino”. ¿Perdón? ¿Cómo? ¿Qué chorrada es esa que machaca y minimiza el papel de la mujer? Existe el tenis, y el tenis femenino; el baloncesto y el baloncesto femenino; el hockey y el hockey femenino... Y así hasta agotar casi todos los deportes, porque, eso sí, la natación sincronizada, la gimnasia rítmica y otros deportes similares son cosa de mujeres y de “maricones”, porque todos sabemos que los maricones y las mujeres estamos desterrados y desterradas a tener una etiqueta siempre puesta.

    Es triste tener que aguantar el hecho de que la construcción de la parafernalia publicitaria que envuelve el deporte desde esta sociedad heteropatriarcal siga construyendo esos estereotipos de género que impiden ver que los equipos son, por ejemplo, el fútbol femenino y el fútbol masculino (o el fútbol masculino y el fútbol femenino, que hay mucho ofendidito que puede poner el grito en el cielo por anteponer los ovarios a los testículos). Explicar esto es sencillamente triste pero alarmantemente necesario, puesto que hay que entender que todo lo público ha girado siempre alrededor del macho alfa, mientras a nosotras se nos ha dejado el lugar de lo privado, de los cuidados, de aquello que no es visible para poner en valor nuestro valor. Por eso el deporte es de machotes y luego está el deporte femenino... ¡Que manda ovarios el asunto!

    Articulistas