De pocas luces

    05 sep 2021 / 16:27 H.
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    Que el mercado eléctrico se rige por normas y pautas que siempre benefician a las empresas energéticas es algo contrastado, al igual que a mayor beneficio de estas, mayor su ambición por ganar más, Capitalismo en todo su esplendor. Y hay soluciones para imponer mesura y cordura en este mercadeo continuo al que las eléctricas nos someten. Todas, sin excepción, pasan por la intervención pública, la creación de una empresa pública de energía. Y ahí es donde entramos en el meollo de la cuestión. La gran mayoría, política, social y empresarial, que tanto se queja de las subidas, consideraría la intervención desde lo público poco menos que una medida comunista a la que se negarían en banda, faltaría más. En tanto, toca volver a la casilla de salida y decir claramente que liberalizar mercados esenciales lleva a la pobreza extrema a quienes ya lo son, destruye empresas y empleo, sectores productivos completos penden de un hilo. Así que tomemos postura de una vez, público o privado, ambas, teta y sopas, no pueden ser. Y todo esto en España, el Estado europeo con más horas de sol.

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