Cultura democrática

10 dic 2018 / 11:23 H.

Los resultados de las elecciones andaluzas vienen a demostrar que la esencia de la democracia es justamente la alternancia en el poder. Sin traumas ni miedos. Con generosidad. La gente pide cambios cuando no ve claro su futuro ni el de sus hijos. Los partidos deben vigilar su propia democracia interna y hacer autocrítica de sus propios errores. Molesta ya tanto “guerracivilismo”, tanta algarada organizada con el único fin de dividir la sociedad. Los españoles de bien quieren convivencia en paz, respeto y tolerancia. No discursos que inciten al odio, al enfrentamiento. Suena mal eso de poner “cordones sanitarios” a quienes no piensen como nosotros. A los gobernantes se los juzga por sus actos. Sobre todo cuando no coinciden con sus discursos. No se puede apelar a gobernar en minoría si antes se han urdido pactos para que no ostenten poder los más votados. ¿Son buenos los cambios en democracia? Para eso son las elecciones. Para renovar, para evitar los vicios y las corruptelas del poder establecido. Que la misma noche electoral un líder extremista incite al desorden en las calles y llame a otros “fascistas” no nos gusta. En Andalucía queremos democracia. ¡Poder elegir y cambiar libremente a los políticos cada cuatro años!