Conversión

    08 mar 2020 / 09:47 H.
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    Hay que ver qué popular se ha hecho el carnaval, se nota que el ser humano es mas de ponerse la careta que de quitársela. El número 40 viene de multiplicar el 10 (mandamientos) por los 4 elementos (tierra, aire, fuego, agua) y tiene una gran tradición popular la cuarentena. Cantarle las cuarenta forma parte de nuestro patrimonio cultural y lingüístico. Todas las religiones tienen tiempos fuertes de conversión y ayuno, de cambio interior de corazón. Estamos viendo cómo el sistema económico y social que hemos construido se derrumba, también cómo la corrupción y la mentira nos ahogan, por eso la cuaresma cuestiona esa manera de vivir. Dios no puede cambiar nuestra sociedad sin que nosotros cambiemos personalmente. Eso es la conversión, cambiar de manera de pensar y de actuar. La receta no es criticar a los demás o justificar nuestras fragilidades, es mirarnos como Dios nos mira, en profundidad y hondura. En la Biblia aparecen dos actitudes muy distintas frente a la tentación: la de Adán y Eva y la de Jesús. En los primeros triunfa la debilidad, en el segundo, la fuerza. Ese Dios no nos puede pedir algo imposible, no sería un buen padre o madre, sino algo que todos podemos hacer con esfuerzo y sinceridad del corazón.

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