Consumismo

Décadas atrás el primer oficio que aprendía un recién llegado al mundo laboral como empleado de comercio, era ser el chico de los recados: atender al cliente y acercarle hasta su domicilio la compra. Por aquel entonces las propinas y poco más eran su sueldo. Hoy con mejores medios para comunicarse, trasladar lo pedido y sobre todo con una infinita variedad de productos para consumir, este oficio antes primario se ha convertido en el trabajo que más gente moviliza por el mundo. Carteros, mensajeros, repartidores, llegan a tu puerta con lo que sea que compres en menos tiempo que inmediatamente. El plasma ha ocupado el lugar del dependiente y el ojo al tacto cercano del producto, salir de compras ha pasado de moda. El comercio es ahora empresa para gigantes, consumir se ha convertido en un absurdo modo de excitación y en el mayor negocio de las cosas mal fabricadas o innecesarias, además de ser el principal responsable del cambio climático. Nunca hemos tenido tan cerca tanto para comprar, siempre que tengas dinero, pero como hoy te pueden llevar a casa desde un dedal a una esmeralda, todos deberíamos tomar conciencia de que no estamos haciéndolo bien en materia de consumo.