Codicia y gula

L a que le han liado a Garzón por decir que el consumo excesivo de carne perjudica al planeta. Enseguida han salido ganaderos, empresas cárnicas, colegas de gobierno y cabestros a la oposición poniéndolo a caldo y exigiendo su dimisión. Para empezar, habría que explicarle a todos estos voceros defensores del chuletón y del codillo, que el señalado ministro no está diciendo ninguna barbaridad porque se sabe con certeza que la cría y alimentación del ganado acarrea un coste medioambiental imposible de sostener y que sus heces despiden más CO2 que los coches, así lo corroboran organismos internacionales y la UE. Habría también que pedirles a esos indignados carnívoros que leas más y oigan mejor, ya que Garzón se ha referido claramente al consumo excesivo de la carne: como cualquier otro alimento, si te pasas de ración perjudicas tu salud. Carne, fruta, pescado y una larga lista de alimentos, todos ellos exquisitos e imprescindibles para que el cuerpo funcione, han de ser consumidos en no más cantidad que lo conveniente. Pero la moderación no entra en el menú de la economía y mientras algunos van de sobrados, la mayoría pasa hambre.