Ciudadanía sin atención

Clama al cielo lo que viene sucediendo con casi todas las administraciones públicas en lo que en atención a los ciudadanos concierne desde que tenemos implantadas medidas de seguridad sanitaria frente a la pandemia. Bien está que se adopten precauciones y se establezcan protocolos, ahora bien, todas ellas parecen claramente encaminadas a desatender más que a ayudar y cumplir con los objetivos que los organismos públicos tienen encomendados por su propia naturaleza de servicio público. A estas alturas es seguro que la mayoría de los lectores saben a qué me refiero y estarán impotentes ante quien debiera ser ahora más que nunca un ente amigo, y no lo que es, el mayor de los problemas para dar trámite y resolver todo cuanto nos acucia y merece atención. Para qué facilitar teléfonos que no dan línea o comunican incesantemente, porque un teletrabajo utilizado para impedir el acceso al personal funcionarial que ha de ayudarnos. Estamos ante un complicadísimo escenario en el que las necesidades de la sociedad se han multiplicado, no puede entenderse ni aceptarse entonces que quien debe ampararnos precisamente aproveche para distanciarse de ella aún más de lo que ya lo venía haciendo. Exigimos soluciones.