Certificado digital avanzado

    31 mar 2021 / 10:18 H.
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    Esta extraña vida que nos ha tocado vivir, como consecuencia de la situación epidemiológica mundial, nos está inculcando ciertas conductas y aprendizajes, que, en otros tiempos, hubiéramos mostrado rechazo total, o hubiéramos empleado media vida en empezar a utilizarlos. Es el caso del certificado digital. Con la inmensa mayoría de las tecnologías con las que convivimos en nuestro día a día, hemos recorrido todo un camino de odio-amor. Es decir, de nuestra profunda aversión a lo desconocido, a causa de nuestra ignorancia, hasta llegar al punto en el que no concebimos nuestra vida sin esos inventos. Véase la informática, la telefonía móvil y, más tarde, el whatsapp. Estaban los que renegaban de semejantes artilugios, y hoy no concebimos la existencia de alguien sin sendas herramientas. Ahora ha llegado, para quedarse, el certificado digital que, aunque ya lleva entre nosotros cierto tiempo, nunca lo hemos tenido presente, hasta que las gestiones presenciales para cualquier papeleo, se ha tornado en un acto peligroso para la salud. Así, una vez superada la fase de impotencia ante nuestra torpeza en su utilización, lo hemos incorporado a nuestra actividad más rutinaria. Y ello ha ocurrido, a base de encontrarnos los registros de nuestro Ayuntamiento, de Urbanismo, de la Junta de Andalucía o de la oficina de Catastro, con el consiguiente cartelito de que, sólo se atiende bajo cita previa, lo que suponía la correspondiente irritación, contra nadie, por el tiempo y por el papel perdidos. Ahora parece que ya sí lo tenemos en cuenta, y su uso es diario. Por fin somos conscientes de que el certificado digital nos permite comunicarnos con todo un mundo, en tan sólo un par de clics. Nos facilita el contacto con las administraciones ya que las tareas las podemos hacer de una manera rápida y sencilla. Nos evita desplazamientos y traslados, lo que conlleva ahorro de tiempo, papel, espacio y dinero. Y podemos realizar trámites en cualquier momento y lugar. Algo bueno trajo la covid. El certificado digital vino para quedarse.

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