Cenicienta en Jaén

    14 feb 2021 / 10:22 H.
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    En la Asamblea Magna Provincial de 1924, se gestó por primera vez la idea de sacar a esta provincia de su “secular atraso”. De aquella ágora doméstica queda un interesante documento escrito donde además de antropología y buenas intenciones, ya se acierta en resumir que los remedios para estas tierras, necesitan un serio compromiso de inversión pública. Fue un día de julio de 1953, cuando el BOE dio paso al Plan Jaén. La Jefatura del Estado expuso por ley la creación de 20 nuevas industrias con 35 fábricas a lo largo y ancho de nuestra provincia. En 1973, cuando expiró el Plan, volvíamos a estar lo mismo, con una mano adelante y otra atrás como fantasmas de nuestra ilusión. Desde aquellos tiempos hasta el día de hoy, no son pocos los planes especiales que se han inventado para dejarnos siempre en el mismo sitio. Veníamos de un siglo malo, y dos décadas después estamos peor. La paradoja de una provincia rica en entornos naturales, desaprovechada en sus recursos, eternamente a expensas de migajas frustradas y huérfana de oportunidades. “Yo no tengo padre, yo no tengo madre. Yo no tengo nadie que me quiera a mí”.

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