Carburantes por las nubes

    11 may 2022 / 20:44 H.
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    La globalización es un fenómeno natural consecuencia del progreso, el conocimiento y las comunicaciones y le imputamos lo bueno y lo malo; buena percha para todos los palos. Hay problemas globales que afectan a todos; la crisis de un país, un evento regional, condiciona el entorno hasta hacerse general. Al diagnosticar olvidamos lo propio, que agrava o anticipa los efectos. Si sube el petróleo, las petroleras ganan más y el Estado —al menos aquí— se lleva la parte del león de los beneficios por vía de impuestos, calculados porcentualmente sobre el precio. Si el sacrosanto mercado fuera libre, buscaría remedio en el equilibrio, pero no es así en España; el monopolio estatal de carburantes se transformó en un oligopolio tolerado de grandes empresas que “apesebran” a políticos excedentes resolviéndoles la vida y estos las “amoldan” a los dictados del poder, siempre a costa del contribuyente-consumidor; por ello no bajan impuestos. Los 20 céntimos —un parche temporal poco eficiente— con las subidas posteriores concertadas se pierden en el surtidor; más beneficios a repartir, más impuestos a recaudar y el ciudadano-conductor-contribuyente ni se entera de que el mercado mayorista baja.

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