Campaña de Manos Unidas

C on el lema de la campaña de este año “Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú”, Manos Unidas, que es la organización de la Iglesia católica en España para la lucha contra el hambre y la pobreza que sufren los pueblos más excluidos del planeta, nos invita a la reflexión de que las poblaciones más vulnerables son las más afectadas por la crisis medioambiental. Muchas son las quejas de lo que está ocurriendo como consecuencia del cambio climático, mucho es el clamor en busca de soluciones, y creo que mucho es también el olvido de las consecuencias de este cambio climático en los países y personas más pobres. Normalmente pensamos solo en nosotros y nuestro entorno más cercano, y poco reflexionamos de cómo lo estarán pasando en los países más desfavorecidos. En vez de pararme a enumerar los efectos de esta situación cada vez más complicada, provocada en gran parte por la acción humana, quiero resaltar la gran labor que Manos Unidas hace, año tras año, en favor de los seres humanos, especialmente con aquellos que viven en los contextos más vulnerables del Sur. Esta organización no gubernamental de desarrollo trabaja en los países del Sur promoviendo, entre otros, proyectos de emprendimiento familiar, de gestión integral de recursos naturales, de apoyo a personas obligadas a desplazarse por causas relacionadas con el cambio climático, etcétera, todos concebidos para crear entornos más humanos y saludables. Pero también trabaja en los países del Norte, entre nosotros, para sensibilizarnos de que es necesario cambiar estilos de vida y consumo; que es necesario transformar modos de producción para hacerlos más sostenibles que aseguren recursos para todos y para las generaciones futuras. Todo ello encaminado para promover un comportamiento respetuoso con nuestra “casa común”, indispensable para que todos los seres humanos puedan disfrutar de un medio ambiente óptimo y puedan acceder al resto de derechos humanos. Me parece muy acertado que en esta campaña número 61 se relacione la lucha contra la pobreza y el hambre con el cuidado de la creación. Merece la pena colaborar.