Cámara y acción

20 ene 2019 / 11:38 H.

H ay quien piensa que el cine es mentira, una forma frívola de contar una historia, mientras que para otros es todo lo demás. Tom Cruise no era piloto de guerra en los años ochenta, eso lo sabemos todos, incluso los miles de jóvenes que se alistaron a la Armada después de haber visto, exaltados y patrióticos, “Top Gun”. El cine puede convertir a una ciudad como Los Ángeles en “Un día de furia” para Michael Douglas, en un escenario de baile para Emma Stone o en un verdadero rompecabezas de la mano de David Lynch. Las personas vivimos gracias a buscar particularidades en nuestra vida, razones por las que podemos vivir más allá de lo urgente y necesario. Gracias al séptimo arte, podemos formar parte de una historia sin tener que vivirla, aprender de ella sin arriesgarnos a sufrir y juzgar a sus personajes y argumentos con nuestro propio y definitivo criterio. Después de todo, nosotros decidimos quien es el villano y si las razones de los personajes principales, espurias o nobles, justifican sus acciones. Por todo ello, el cine nos ha convencido de que vivir es una sucesión de imágenes que debemos experimentar fotograma a fotograma.