Café para todos

    27 feb 2020 / 16:59 H.
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    Y todas. Las autonomías me refiero. En la transición hilaron fino para que unas se llevasen el gato al agua sin que las demás protestasen. Y en la Constitución se escribió lo de nacionalidades y regiones. Intentaron darle una larga cambiada a lo de “históricas”, ¡cómo si los demás territorios careciesen de relato histórico alguno! Se aferraban a un proceso de la asesinada República como si tal cosa les concediese preeminencia alguna. Es lo que nos hicieron creer y tragar. Base para ello, ninguna, solo truculencias y juegos de magia política. La cuestión se maquillaba y maquilla con las señas identitarias, los sentimientos, las particularidades, ¡la raza!, como si no los hubiesen en los demás territorios ibéricos o no fuésemos mestizos. ¡Menuda engañifa!, antes y ahora lo que importó siempre fue la pela y más para mí que tengo pedigrí nacional o de país. Andalucía entró en ese juego para no ser menos, pero el dinero ya sabemos a dónde va. Quien más ingresa dada su economía menos quiere dar. Lo que sigo sin comprender es como hay gentes de izquierda que siguen en esos camelos.

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