Brecha digital de género

Asistimos actualmente a lo que se ha denominado la segunda brecha digital y que sobre todo afecta a las mujeres. Se explica el concepto por la escasa presencia en el ámbito tecnológico debido a aspectos culturales y psicosociales, porque tiene que ver con las desigualdades derivadas de la división sexual en la que las sociedades patriarcales están organizadas, es decir, con capacidades y roles diferenciados y asignados a mujeres y a hombres, sin base científica, estando naturalizados a través de la transmisión cultural y psicosocial. Son concepciones muy resistentes al cambio al basarse en estereotipos y prejuicios a través de los cuales se constituyen las identidades. En concreto, se trata de un sistema que identifica los saberes, la tecnología y sus espacios asociados con valores masculinos y, en contra partida, como poco femeninos e impropios de mujeres. Estos estereotipos tienen una gran influencia en la elección de las trayectorias profesionales, como indica Carmen Galdón en Breve diccionario de feminismo. Es necesario aplicar políticas educativas con perspectiva de género, pues así la brecha se reduce o desaparece en los países que las aplican, como refleja el informe PISA, que mide las competencias del alumnado en los estados miembros de la OCDE.