Apadrina un ego

    21 mar 2021 / 16:21 H.
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    Agudizar el ingenio contribuye a la supervivencia cuando a través del abandono o el olvido se entra en el triste espiral de la pervivencia que acompaña hasta la muerte definitiva. Y en tierras jiennenses hay quienes apelan a “El Aceite de la Vida”. Qué ingeniosos. Apadrina, apadrina... Cual si se tratara de apadrinar un niño. “El apadrinamiento es una forma de colaboración solidaria a través de la cual se llevan a cabo proyectos de desarrollo integrales y, además, se establece un vínculo con un grupo de niños y niñas que viven en la zona del proyecto y que comparten a través de sus cartas su realidad y la de sus familias”. (ONG Ayuda en Acción). Un gesto digno. Por apadrinar, al parecer, todo es posible: Pingüinos, burros, olivos..., y hasta la misma Luna. En la religión cristiana, apadrinar a un niño supone para los padrinos asumir la tarea de educar cristianamente al apadrinado. Por consiguiente, tanto en los casos de las ONGs como en el de la religión, son retos y conductas, de los padrinos, que van encaminadas a tratar de mejorar la vida de las criaturas apadrinadas, tanto en los aspectos de su vida biológica-material, como de su vida espiritual. Evidentemente, en el resto de casos de apadrinamiento que no alcanzan directamente a los niños, los retos y conductas, de los promotores de los apadrinamientos, de los que siempre quedan excluidos quienes apadrinan, pueden ser diversos en su índole. Anónimos y famosos, convencidos o entusiastas, se suman a los apadrinamientos por humildad o por apariencia... Ejemplos muy destacables de apadrinamiento (de no niños) en la provincia de Jaén: El Papa Francisco y Barack y Michelle Obama. Carboneros, tierra abrupta que lo fuera de la Sierra Morena. Población originaria de labradores que vivían, cultivaban y labraban aquella lejana heredad con su arrendamiento; labradores que desarraigados, llegaron desde centro Europa... Colonos. Hoy, doscientos cincuenta y cuatro años después de su llegada, la población, con una tasa de paro de hasta 81,30 por mil habitantes durante el 2020, es su propio Ayuntamiento a través de una Fundación; quien promueve el apadrinamiento de olivos regalando a los padrinos botellitas de aceite envasado por una cooperativa de Mogón (¿no tiene Carboneros cooperativas?, ¿cero plusvalías?...). Qué osada insolencia. Mientras parte de sus vecinas y vecinos del hoy, que conforman dicha tasa de paro, están supeditados al “PER” para poder dar jornales. Cuánto ha cambiado tan azarosa historia originaria de Carboneros. ¿Cuál es el ingenio del Ayuntamiento, el apadrinar olivos? ¿Para qué, para emplear su tiempo y recursos en algo que no resuelve el problema de sus parados? Pues si es así, la campaña de apadrinamiento tendría que llamarse: Apadrina un ego. Menuda prioridad municipal ante el empleo, trabajar para el ego. Más que “El Aceite de la Vida”, hoy prima: “el pan de cada día”.

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