Anónima lección

El otro día estábamos en familia, en un precioso mirador, esperando la puesta de sol. Conforme se acercaba la hora todo el entorno se iba atestando, eso sí, guardando la distancia de seguridad, jóvenes (con móviles), parejas (haciéndose selfies), mayores (con móviles)..., absolutamente todos preparados para inmortalizar el momento, ...y entonces llegó una joven con un perro, se sentó en el borde y el can se tumbó a su lado, y en vez de un móvil sacó una libreta, empezó a escribir mientras duraba el candilazo, y cuando el sol comenzó a tocar el horizonte la guardó, se puso en pie, observó sonriente y cuando el sol se marchó ella hizo lo propio. Su cara era una demostración de lo que dicen los estudios científicos: sin móvil, ni cámara, ni selfies el momento se disfruta más intensamente, se presta más atención a cada uno de los detalles, se recuerda mejor, no se malgasta atención en la calidad de la foto, etc. Sin saberlo ni quererlo me dio una lección que quiero compartir aquí, en este mes de los selfies, fotos, redes sociales donde aparecemos mejor que queremos: Menos móviles y disfrutad de cada uno de los momentos, los de al lado lo merecen, y al resto se lo podemos contar con más detalle.