Algunos propósitos

Estoy epatada con quienes aprenden una palabra nueva y la usan como una flor inmarcesible, así que uno de los propósitos de este año nuevo será, tal vez con exceso de sofomanía, remedar esa práctica para poder expresar mejor mis emociones a pesar de mi alexitimia. Como consecuencia, he decidido llevar las cuentas de mis momentos de alegría, pero no como un objetivo sino como una medida para combatir la acritud. También ser menos garosa; este año me he propuesto estar más consciente en la selección de mis alimentos. La comida no solo son cosas digeribles, está compuesta de sustancias que han tenido una vida propia y deseo acercarme a ellas con gratitud. Y a fe de ser nefelibata, tengo la intención de conectarme más con la Tierra, incorporar lo orgánico. Quiero pisar el suelo y beber el agua sabiendo que tienen una cierta memoria; mirar la perfección de una hormiga o tocar un árbol pensando que compartimos el viaje estelar sobre este planeta aún teniendo distintos envases. Y poco más... mantener la dulzura en mi corazón y despertar con una sonrisa. Trescientas mil personas al día no se despiertan en el mundo. Yo comprobaré cada mañana si estoy viva, y sonreiré. Que el 2021 os atalante.