Adiós señora

Angela Merkel se marcha, aquí en Jaén, su ida puede parecer algo lejano, un hecho que afecta poco y que lo pone fuera de nuestras preocupaciones locales. Pero nada más lejos de la realidad. Y por eso merece una reflexión, breve. Porque la influencia de Merkel, en cuanto que canciller de la principal potencia económica, social y política de Europa ha sido clave para entender elementos que tienen que ver con nosotros: primero, su influencia para hacer una Europa unida, pero bajo el presupuesto de que cada cual tiene un papel, nosotros proveedores de fruta y verdura barata y, además, de mano de obra para el ocio de los del Norte. Segundo, fue clave para mantener el austericidio en el que hemos vivido y que nos colocó al borde de la ruptura de cualquier diálogo social y ciudadano. Y tercero, con su estilo de mujer fría, calculadora pero razonable y empática, ha liderado una derecha de ideas extremas, centrada en la vida económica por encima de cualquier principio, y donde la gobernanza posible es el mercado, a ser posible de lo fabricado en Alemania-Francia, que ha llevado sus coches, electrodomésticos e industria química a niveles de una nueva colonización del Sur. Por ello, sin acritud, le decimos adiós, que obviamente no la echaremos de menos.