Al amanecer

Recuérdame cuando amanezca que ha vuelto a amanecer, para llenar cada instante de momentos que recordar. Que hoy es hoy, y que es lo único que tenemos, lo único que es cierto. Recuérdame lo que aprendí por si se me ha olvidado, y que si un día tengo que enseñarlo, que no se me olvide que también tuve que aprenderlo de alguien para saberlo. Recuérdame que lo que tengo, no es mío, que me lo han prestado y que lo han puesto a mi disposición para disfrutarlo contigo, porque cuando ya no lo tenga, o me haya ido, se quedará en tu recuerdo, y en el mío. Recuérdame que no sólo hay alimento para el cuerpo, que la mente y el alma también tienen sed y hambre para que ese cuerpo pueda seguir viviendo. Recuérdame lo que significa la importancia, que el acento en el más o en el menos depende de uno mismo, y de las ganas que se tengan de conflictos. Recuérdame también lo que es necesario, porque a veces se me olvida y hay ciertas cosas que se visten de necesidad haciéndose pasar por ella para engañar mi mente. Recuérdame todo esto si un día se me olvida recordar, será entonces que ha amanecido.