Agua del enemigo

Difícil nos lo ponen esta gente que con los colmillos afilados y rebosantes de rabia llegan al Congreso con ganas de bronca y sin educación. Cuesta templar los nervios si te decides a oír lo que les sale por la boca desde la bancada de la oposición. Imposible parece que con la que estamos pasando no tengan más propuestas que el insulto, la mentira y la traición. Aquí aman mucho a España y cuando van a Bruselas siembran dudas y conspiraciones contra quienes por elección democrática, representan y defienden a nuestro país. Chunga está la cosa con el virus, y complicada la tenemos si el PP empieza a ponerle trabas a la ayuda que la UE ofrece al estado español. Ciegos de odio, incultos, cafres y violentos, “solo les sirve la cabeza para embestir”. Difícil no caer en sus provocaciones regadas siempre con la mala sangre que corre por sus venas. Profesionales de la impostura, apolíticos por convicción y especialistas en hacer verdugo a la víctima, y víctima al verdugo. No son pocos los que les siguen, jalean y comparten esa vida triste de eterno gruñón. No son pocos, pero somos muchos más los que creemos en la democracia y en nuestra Constitución.