Aceite
de ricino

    24 sep 2022 / 16:00 H.
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    Acudes a un centro de salud para que te vea el médico y en su lugar te atiende una enfermera que te receta paracetamol o ibuprofeno. Al día siguiente recibes una llamada telefónica donde el doctor enterado ya de tu dolencia te emplaza a la consulta de un especialista. Semanas después llega por carta la citación a consulta de diagnósticos, hasta dentro de ocho meses no te esperan por allí. Transcurrido ese tiempo por fin la doctora especialista atiende a tus palabras, te ausculta, te receta algo más indicado a tu dolencia e inicia los trámites para que te hagan un montón de pruebas y exploraciones. En otra carta con la misma prisa que la anterior viene la fecha, la hora y el lugar donde te mandó el especialista. Acudes a la clínica privada con tu tarjeta del SAS y sentado en la sala de espera te preguntas, cómo es posible que a la Junta de Andalucía le salga más barato atendernos aquí que en las dependencias de un hospital público, porqué ese empeño en derivar a intereses privados lo que recauda de todos. La respuesta la dio el presidente Bonilla: quiero que Andalucía funcione como una empresa. La política ya se la hacen los jueces.

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