Agrupación de Mogón necesita
una familia para salvar el colegio

Reunión urgente del Ayuntamiento con los vecinos y la dirección del centro

10 mar 2018 / 11:36 H.

Situación delicada en Agrupación de Mogón. La despoblación y el descenso de la natalidad tienen en vilo a vecinos y representantes municipales ante la posibilidad de que, sin niños de tres años que empiecen el curso en septiembre, desaparezca la línea de Infantil y sea el primer paso al cierre del centro. Representantes el equipo de Gobierno y otros grupos municipales se desplazaron ayer hasta la aldea de Villacarrillo para mantener una reunión informativa con los vecinos de Agrupación de Mogón y con la dirección del colegio Camilo José Cela. El eje fue la urgente necesidad de que una familia, que cuente con niños en edad escolar en el ciclo de Infantil, se establezca en esta población. Si en el mes de junio no hay alumnos matriculados en este ciclo, se perderá la línea y, en años posteriores, se irán cerrando líneas hasta el cierre definitivo del colegio.

La concejal de Servicios Sociales de Villacarrillo, Soledad Aranda, expuso las diferentes trabas legales y recordó el necesario respeto a la normativa vigente, al tiempo que mostró su preocupación sobre este asunto. Explicó que, a pesar de que haya 40 familias en el municipio que han solicitado una vivienda, hay que descartar las que no tienen niños pequeños en edad escolar y, entre las restantes, encontrar la que desee vivir en esta pedanía. Allí, el Ayuntamiento dispone de dos viviendas y facilitaría una a la familia que se estableciera de inmediato. Eso sí, como advirtió la concejal, entre los demandantes hay familias con “pocos recursos económicos y bajo nivel sociocultural”. Ante esta puntualización realizada por Aranda, los vecinos presentes mostraron su preocupación y disconformidad a recibir a “cualquier familia” que cree “graves problemas de convivencia” en una pequeña población donde es lo más importante la paz y la tranquilidad. Ante esto, propusieron ideas como la elaboración de un contrato en el que se especifique que la familia tiene que tener “un buen comportamiento de convivencia” y, si es necesario, hasta exigir un certificado de penales. Ante medidas como estas, la concejal recordó que la legalidad es más compleja.

El director del colegio Camilo José Cela, Emilio José Muñoz, indicó, por su parte, que se llega “un año tarde” para atajar este problema. En septiembre, como explicó, ya informó de que la situación resultaba “muy crítica”. Ejemplificó que en la población de Arroturas, otras de las aldeas de Villacarrillo, se mantiene la línea del colegio abierto por cuatro alumnos. Allí, como recordó, la “vida” del colegio hace que “el pueblo siga vivo”. Por esta razón, defendió, que el primer objetivo ha de ser la supervivencia del colegio, esencial para “el futuro de la población”: “Si no hay un centro escolar es muy difícil que nuevas familias con niños se pueden asentar aquí”. Después, como aseguró, ya se tendrían que estudiar los posibles problemas de convivencia. “Ante eso, ya hay otros cauces”, apuntó.

Los demás grupos políticos representados en el Ayuntamiento villacarrillense también quieren una pronta y rápida solución. Desde el grupo socialista, su portavoz Ana Delia Estrada, explica que, en febrero, advirtió que el Ayuntamiento tenía que hacer todo posible para que las dos viviendas fuesen habitadas. De hecho, comenta que había una familia, con tres niños, dispuesta a mudarse allí pero que, finalmente, ha decidido por trasladar su residencia a Santo Tomé.

Por su parte, el grupo FADI, a través de su concejal, Francisco Espinosa, también presente en la reunión, puso de manifiesto, en el último pleno, su interés en que estas casas fuesen habilitadas lo antes posible para que no se pierda ninguna línea escolar.