Una autovía vertebradora
Si se cumplen los plazos, a final de año estará terminado, aunque con lustros de retraso, el tramo de la Autovía del Olivar que discurre por la provincia de Jaén, una infraestructura de capital importancia para interconectar el corazón del mar de olivos con el resto de la región. Con la singularidad, además, de que será un consejero jiennense, el flamante alcalaíno Felipe López, el que tendrá la oportunidad de inaugurar el trazado una vez que se abra por fin a la circulación de vehículos.
La complicada y espectacular estructura que salva el paso por el Puente del Obispo, un puente de 210 metros de longitud, se convirtió en el foco de todas las miradas y en símbolo del avance de las obras que, según se indica desde la propia Consejería de Fomento, van en tiempo y forma. Ahora sí. Las labores de izado de las vías, sobre una altura de veinte metros, constituyen una de las estructuras más llamativas sobre el río Guadalquivir y, desde el principio, se recalcó en la dificultad de este eje viario a su paso por el emblemático Puente del Obispo y donde ahora confluyen tres de estas estructuras. El objetivo pasa, a ojos de la Administración regional, por reforzar la vertebración territorial en una provincia tan necesitada de apuestas reales por la comunicación y así se subraya en las sucesivas visitas que de manera tan asidua se realizan en los últimos meses.
Sin lugar a dudas, dos turísticas y monumentales ciudades renacentistas como Úbeda y Baeza, con el prestigioso título de la Unesco de Patrimonio de la Humanidad, con un impresionante caudal de viajeros a lo largo del año, necesitaban contar de una vez por todas con un acceso digno, tan demandado como necesario. Los visitantes y los propios jiennenses lo agradecerán.