Real Jaén. Una guinda antes del pastel
El Real Jaén afronta hoy, a las seis de la tarde, el último partido de Liga con el reto de conservar su segunda plaza. Para ello, el cuadro de Terrazas precisa lograr un punto ante el Polideportivo Ejido, que necesita ganar para ser subcampeón. Esparza y Galdós, bajas locales.
La lucha por la segunda plaza se decide en La Victoria en un ensayo de lo que está por venir. El encuentro con el Polideportivo Ejido se cataloga como una verdadera piedra de toque con vistas a la promoción. De hecho, el duelo estelar de la última jornada de Liga rebosa alicientes. A la comparecencia de dos rivales de entidad con el billete sellado hacia las eliminatorias se añade la porfía por el subcampeonato. No sólo están en juego los tres puntos, sino las ayudas futuras que otorga el botín. Tampoco falta el regreso de un ídolo. Antonio Cañadas, estandarte del Real Jaén hace dos campañas, vuelve al escenario donde jugó, encandiló y se le idolatró. Aquella repentina marcha al Alicante hace presagiar una ovación salpicada de ruidos de viento en el recibimiento. Merece los aplausos, sin duda. Dejó huérfano de magia al equipo, pero futbolistas como Arriaga o Geni recogieron el testigo. La formidable gestión del presidente y el ojo clínico de la dirección deportiva, con Terrazas al frente, hizo el resto. Como muestra, Cañadas, que parte hoy como suplente, no se mide con un equipo sin lustre. Lo hace frente al mejor conjunto de la segunda vuelta, juega ante el campeón de la Copa Federación. Un cuadro jiennense que pretende culminar su ejercicio liguero con la segunda plaza. En la búsqueda del punto se ausentan Esparza y Galdós, sancionados por acumulación. Las principales dudas en la alineación se centran en la media punta y el lateral derecho. Dani Guerrero se perfila titular y apetece descubrir si la ausencia de Galera ante el Marbella obedeció a descanso o castigo. Su despiste en aquel gol del Cádiz pudo pasarle factura. Independientemente del once, los jiennenses no ocultan sus pretensiones. La plantilla anuncia valentía, desparpajo; nada de especular en la trinchera. Aunque vale el empate, los jugadores desean regalar una victoria a la afición. Si superan con solvencia a un equipo que humilló al Villarreal en Copa del Rey e hizo tambalearse al Espanyol, esperarán el sorteo de mañana lunes con el pecho henchido. No debería existir temor a los filiales. Por contra, un tropiezo acentuaría su aparente debilidad ante los “grandes”.
Precisamente, el Polideportivo Ejido responde al arquetipo de rival ante el que se ha estrellado el Real Jaén esta campaña. Ya ocurrió en la ida y pretende repetir en la vuelta. Sin embargo, el cuadro de Lucas Cazorla, esplendoroso en el primer tercio liguero, peca de irregular en las últimas jornadas. Especialmente, muestra síntomas de flaqueza en los desplazamientos. Su último viaje con éxito fue a Ceuta (0-1), el pasado 5 de marzo. Desde entonces, enlaza un empate en Lucena (1-1) y dos derrotas ante el Antequera (3-2) y el Cádiz (1-0). Tampoco le ayuda repasar su historia en las visitas a la capital, donde no ha ganado nunca, con un resultado de cinco tropiezos y dos empates. Pese a todo, un rival con jugadores como Nakor o Jorge Molina invita a pronosticar un enfrentamiento igualado, de poder a poder. Una batalla con regusto a Segunda A, la posible guinda al suculento pastel que se avecina. José Ramón Casado / Jaén