Real Jaén. Fernando amenaza la quietud

Las ausencias de Fran Carnicer y Pedro, castigados por la refriega de última hora ante el Ceuta, y José Mari, sancionado por acumulación, elevan la exigencia del encuentro. La visita al San Roque, tercer clasificado y conjunto revelación, presenta  numerosas aristas. El equipo de Sergio Lobera tiene razones para lucir sonrisa. Sin complejos.  Campeón de la Copa Federación en el pasado ejercicio, confirma ahora lo que vislumbró entonces: es un firme candidato al ascenso. Ni siquiera una masiva reestructuración en su plantilla —sólo siguen Álex Hornillo y Vidal del año anterior— ha minado sus aspiraciones. Cuenta en sus filas con futbolistas como el centrocampista Julio de Dios, un diamante natural de Jabalquinto esculpido en el Santa Ana; Óscar, su máximo realizador, con ocho tantos, o el ex jiennense Cheli. En cambio, el morbo y la amenaza más candente se conjugan en otro conocido del Real Jaén, más reciente: Fernando. El sevillano, peleado con las musas meses atrás, ha resurgido (cuatro goles) desde su salida en el mercado invernal. Su contribución mejora las prestaciones de un San Roque cuya trayectoria en casa no admite discusión. Tan solo el Estepona (1-2) y el Puertollano (1-2) encontraron la rendija esta campaña.
      Ante semejantes números, al Real Jaén le ampara su admirable reacción en la Liga  y un inmaculado historial en Lepe, donde no conoce la derrota en cuatro visitas, incluida una goleada por cero a tres en el último curso.  Además, a la mejoría en el campo se añade un atisbo de esperanza en la vertiente profesional, con el pago inminente de una nómina. En tal coyuntura, el único objetivo se limita a conservar la categoría. La meta parece encauzada. Dispone de un margen de ocho puntos sobre el puesto de promoción de descenso, que ocupa el Almería B, precisamente el último conjunto que logró superar al Real Jaén. Desde entonces, el cuadro de Manuel Herrero enlaza cinco jornadas invicto, con un bagaje de tres victorias y dos empates. Hoy, en el reto de mantener la tranquilidad, el iliturgitano necesita gestionar ausencias de peso. No obstante, recupera a Zarandona, una vez cumplida su sanción, y sí puede contar con Toledo, autor del gol del empate ante el Ceuta, un ejercicio de potencia y precisión. Del acierto del hispano francés y de la capacidad de superación del grupo depende prolongar la dinámica. También de Fernando, antes compañero y ahora rival con fusil humeante. José Ramón Casado / Jaén